MEDIO AMBIENTE

Once años de vida del proyecto de reintroducción de la tortuga boba

Itziar Fernández 0 COMENTARIOS 18/09/2017 - 09:37

El proyecto para la reintroducción y ampliación de la tortuga común o boba en Fuerteventura cumple 11 años y los expertos esperan con impaciencia que los ejemplares sigan con la filopatría, un proceso por el cual una tortuga siempre regresa a la misma playa donde nació para reproducirse cuando se hace adulta. De este modo, la playa de Cofete, municipio de Pájara, sería su hábitat para poner sus nidos.

El coordinador del proyecto, Toni Gallardo, recuerda la importancia del programa y el éxito alcanzado. “Fue una experiencia inolvidable, el programa consiguió un rotundo éxito con el traslado de los huevos, su incubación y posterior liberación. El trabajo ha continuado hasta la actualidad en la guardería de tortugas. Y si se puede destacar algo de aquella época es la gran participación de voluntarios y personas implicadas en el proyecto”, resume Gallardo.

Se trató de un programa pionero en Canarias y en España que analizó el proceso de reintroducción y sus objetivos, tales como aumentar las posibilidades de supervivencia de esta especie a largo plazo y restablecerla en un ecosistema. Entre las causas que se barajaron para su extinción en Canarias se halla la mitificación de esta especie por parte de la población aborigen, que consumía su carne y sus huevos. El ídolo aborigen en forma de tortuga marina fue encontrado en La Aldea (Gran Canaria).

Tras un amplio estudio de viabilidad de las islas orientales se seleccionó la playa majorera de Cofete por su morfología y datos térmicos recogidos. El programa fue posible gracias a la disposición y colaboración de Cabo Verde, debido a que en este archipiélago nidifica la tercera población mundial de tortuga común. En campamento de Ervatao llevaban décadas estudiando e investigando la población nidificante.

El 14 de septiembre de 2006 fue una fecha inolvidable para los promotores del proyecto en Canarias. Por la noche, en las playas de Boavista se recogieron un total de 600 huevos. De ellos, 43 llevaban 45 días incubados en las playas de Cabo Verde. Los otros 557 se recogieron directamente de la cloaca de las hembras: 400 para incubación en el laboratorio y 157 para incubación en la playa. “Al día siguiente se realizó el transporte, en vehículos todoterreno, avión a Gran Canaria para su registro aduanero y de allí en helicóptero a la playa de Cofete. El transporte no afectó al desarrollo de los huevos, ya que el éxito de estos nidos fue incluso mayor que en los naturales de Cabo Verde”, recuerda Toni.

Una vez en Fuerteventura, se efectuó la incubación de nidos en la playa de Cofete, y la incubación controlada de los huevos con estufas. En esta última, de los 413 huevos contabilizados se obtuvieron 217 crías y el resto no se desarrollaron; por lo tanto, el porcentaje de crías nacidas fue del 50,12 por ciento. En la playa de Cofete se dispusieron tres nidos con 157 huevos y criaron 134, con un porcentaje de cría del 85,35 por ciento, lo que supuso todo un éxito.

Cofete, hábitat potencial 

Entre las conclusiones que se sacaron fue que el transporte de los huevos de tortuga no afecta a su viabilidad. Además, la población de tortugas de Cabo Verde tampoco se ve afectada por la colecta de huevos para su incubación, y una muy importante fue que los nidos en la playa majorera tuvieron un éxito muy superior a la mejor playa de la isla de Boa Vista.

Por ello, la playa de Cofete puede considerarse como un hábitat potencial para el desarrollo de los nidos de tortuga común. Según el estudio, se valoró que tener adicionalmente un nuevo hábitat de nidificación para esta especie, ante el cambio climático y el consiguiente aumento de temperatura en Cabo Verde, ayudará a la conservación de esta tortuga al proporcionar temperaturas de incubación más suaves.

“Aquellas primeras crías se mantuvieron en cautividad un año hasta alcanzar la talla adecuada para que aumente su índice de supervivencia, se estableció un período de éxito de 15 años y se puso la fecha de 2022 para que regresen a eclosionar a la playa de Cofete pero, a tenor de los nuevos conocimientos, pueden venir desde 2017”, recuerda Gallardo.

En estos 11 años de trabajo en Fuerteventura han participado en la liberación de centenares de tortugas personalidades como la reina Sofía, René Márquez, impulsor de tortugas en Méjico, Borrel, Cristina Narbona, Magdalena Neves, ministra de Medio Ambiente de Cabo Verde o el músico nigeriano Seun Kuti, en coordinación con las ONGs Asociación para el Desarrollo Sostenible y Natura 2000.

Un hito asociado a la declaración de Reserva de la Biosfera

INICIO. El proyecto comienza con las actuaciones de logística entre las autoridades canarias y el Gobierno de Cabo Verde para el traslado de los huevos, la organización del voluntariado y el montaje del campamento y las instalaciones en la playa de Cofete. La siguiente fase es la de la traslocación de los huevos. En el año 2010 fueron traslocados 9 nidos con un total de 651 huevos.

INCUBACIÓN. En la fase de incubación y distribución de los nidos se selecciona y se marca el lugar donde se procede al enterramiento de los huevos (hatchery). Los huevos se van extrayendo uno a uno de los contenedores isotermos en los que han sido trasportados e insertándose en su nido correspondiente, tal y como lo haría la tortuga madre durante la puesta, manteniéndolos siempre en la posición en la que se encontraba en el interior de la nevera, es decir, sin rotarlos, evitando el posible desprendimiento del embrión.

CONTROL. La fase de seguimiento y control de la incubación es la más extensa de todo el proceso. Este período puede estar comprendido entre 40 y 70 días, durante los cuales se debe vigilar el hatchery. En esta fase se hace imprescindible la colaboración de los voluntarios, los cuales tienen turnos de vigilancia de nidos, control de mareas y recogida de datos climatológicos.

NACIMIENTOS. Las eclosiones y emergencias corresponden a los nacimientos de las crías de tortuga. En esta fase también es muy importante la colaboración de los voluntarios, tanto para vigilar durante el proceso de emergencia como en el caso de que las tortugas hayan eclosionado del huevo pero no hayan podido emerger a la superficie. Los voluntarios se turnan también para realizar de forma paralela la toma de datos biométricos (peso, longitud recta del caparazón y ancho), la revisión morfológica y el marcaje de cada uno de los individuos.

CUIDADO. El traslado y cuidado de los neonatos en la guardería Sodade se lleva a cabo tras los nacimientos. Las tortugas son dispuestas en tanques de agua diseñados en base a las características requeridas por la especie. En estos tanques las tortugas son alimentadas y cuidadas durante el periodo de cautividad. La liberación de las tortugas tiene lugar cuando éstas han adquirido el tamaño y peso óptimo para garantizar su supervivencia; normalmente tras alcanzar el primer año de vida.

Gran papel del voluntariado

El “Voluntariado de Tortugas Marinas en Cofete” surge de forma paralela al proyecto de “Viabilidad de Reintroducción de la tortuga Caretta caretta en Canarias” en el año 2006. Una iniciativa común entre el Gobierno de Canarias, el Gobierno de Cabo Verde y entidades de conservación ambiental en ambas regiones, con el objetivo principal de instalar nuevamente una población de tortugas nidificantes en el archipiélago canario utilizando como donante la población de tortugas del archipiélago caboverdiano.

El origen de este proyecto sienta sus bases en los más de 14 años de investigación de la población de tortugas marinas de Cabo Verde por parte de las instituciones canarias. Con este fin, desde 1997 se instalan campamentos de investigación en las playas de Cabo Verde donde se realizaban campos de trabajo y programas de voluntariado con la implicación de entidades y personas interesadas en la conservación de las tortugas marinas a nivel internacional.

El objetivo principal del voluntariado es la protección y conservación de las tortugas marinas de Fuerteventura y del medio ambiente en general. Para alcanzarlo se proponen metas específicas como aumentar los niveles de información veraz de los turistas y visitantes de la Isla. Caracterizar el hábitat de la tortuga desde el punto de vista físico (datos climáticos, mareas, etc.), y optimizar los resultados de la incubación, los nacimientos y el cuidado de huevos y neonatos en la guardería de Morro Jable. Las tortugas pueden vivir hasta 100 años.

Junto a pioneros como Luis Felipe, Lázaro Cabrera y Toni Gallardo, los científicos de la ULPGC y los voluntarios han sido los que han mantenido el programa vivo durante todos estos años. El éxito de los resultados obtenidos desde el comienzo del proyecto corresponden, por un lado, al de los huevos eclosionados y, por otro lado, a la divulgación de información y la participación voluntaria en las actividades del proyecto.

“Se puede asegurar que ha permitido la supervivencia de más del 70 por ciento de las tortugas nacidas de huevos trasladados a la playa de Cofete y procedentes de Cabo Verde”, informa el promotor del programa, Toni Gallardo. También insiste en la magnífica divulgación pública del proyecto mediante material impreso, campañas audiovisuales y noticias en los medios de comunicación, destacando la noticia de la visita de la Reina Doña Sofía en septiembre del 2009, difundida en infinidad de medios causando un elevado interés entre los ciudadanos.

“Actualmente se cuenta con un listado de 106 voluntarios partícipes en el proyecto, sin cuyo tiempo y esfuerzo no podrían haberse alcanzado unos resultados tan favorables como los obtenidos hasta la actualidad”, insiste Toni.

Gracias al programa de reintroducción y recuperación de la tortuga Caretta caretta, conocida comúnmente como “tortuga boba”, su colonia es más extensa en la actualidad en el Archipiélago canario, aunque permanece en peligro de extinción y amenazada principalmente por la contaminación de su medio, las artes de pesca, el comercio de carne y huevos, las colisiones del tráfico marítimo y la destrucción de la zonas de anidamiento.

La recomendación de los voluntarios ambientales es que si alguien detecta la presencia de huellas imitando a una rueda de quad en línea recta y saliendo del mar puede tratarse de la llegada de estos reptiles marinos dispuestos a eclosionar en Cofete, por lo que se recomienda avisar a los agentes ambientales. Un proceso que sólo puede suceder en verano, así que si no se detecta su rastro este año habrá que esperar al próximo.

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