ENTREVISTA | Gerardo Mesa

“Fui presidente del Cabildo en años de tensión y me enfrenté a legionarios y curas para defender la democracia”

Fotos: Carlos de Saá.
Itziar Fernández 6 COMENTARIOS 21/10/2017 - 09:03

Gerardo Mesa Noda se distingue en Fuerteventura por su talante amistoso, dialogante y solidario. Nació en Vallehermoso (La Gomera) el 15 de julio de 1935. Miembro de AWEPAA (Association of West European Parliamentarians for Action against Apartheid) y presidente autonómico de Cruz Roja Española. La anécdota que dio la vuelta al país tuvo lugar en 1983, siendo presidente del Cabildo de Fuerteventura, al recibir un golpe del capitán Milans del Bosch, por no rendir honores a la bandera española. Años convulsos en los que no se doblegó ante dictados del ejército ni de la iglesia.

- El pasado 25 de septiembre tomó posesión como académico en Fuerteventura de la Academia de Ciencias, Ingenierías y Humanidades de Lanzarote. ¿Por su origen e infancia decidió dedicar el discurso de ingreso a la palma canaria y su uso agrícola?

- Sí, fue muy emotivo para mí poder ingresar como académico donde ya están y han ofrecido varias conferencias en el ciclo que se ha celebrado hace varios días compañeros como Felipe Bermúdez, Cristóbal García del Rosario y Álvaro García González. En La Gomera, la palma es una actividad destacada y repasé su importancia en Canarias, y desde mi infancia lo viví, conocí su uso y toda la actividad que existe alrededor de la palma. En La Gomera no había una casa en la que no existiera un cesto de palma. En la conferencia enseñé más de cien imágenes sobre el estado de las mismas en las Islas y como el canario sube a la palma para podarla y recoger su jugo dulce: el guarapo. Una tradición sólida en el Archipiélago como la forma de subir por su tronco y su conservación.

- ¿Atesora fotos muy antiguas de rincones de Canarias y su vegetación?

- Sí, se pudo ver cómo ha cambiado el paisaje. Antes decíamos palma, ahora se dice palmera, pero creo que se desconoce y se valora poco su importancia. Ahora se trasplantan y cambian de hábitat y lugar, en cambio, en las Islas occidentales era impensable. Se sortea una carretera o se respetan en las aceras por su antigüedad y su riqueza. La palmera canaria, como se la llama ahora, se plantaba cuando uno compraba una finca para que tuviera más valor y riqueza. Por ejemplo, en herencia se deja el terreno a un hijo, y a otro sus palmeras, porque eran una fuente de riqueza y un bien querido en las Islas, y que ha sufrido la amenaza de los mosquitos y de la construcción masiva. De hecho, la palma canaria adorna las principales avenidas de las ciudades de todo el mundo por su belleza.

- En la actualidad se ha convertido en un gran gestor de Cruz Roja en Canarias pero también lo fue en el Cabildo insular, donde revolucionó la institución. ¿Cómo recuerda esa etapa?

- Como una etapa muy intensa en mi vida desde el 79 hasta 1987, donde entré sin conocer nada de política y no cobré por mi trabajo. En la oposición estaba el conocido político Fonfin y otros que venían de la etapa franquista. Creo que gané porque de repente me conocía todo el mundo por el fútbol, un deporte que no me gustaba pero que me atrapó. Regresé en los años 70 a la Isla después de 16 años en Tenerife. Acudía a los partidos porque no había otra cosa en la Isla, y era costumbre que si acababas la labor diaria te dejaban salir para ir a ver un partido. Me pidieron que formara parte de la directiva de la federación insular porque la estaban organizando para los equipos jóvenes. Nos reunimos en la Delegación de Gobierno, había cinco equipos de Puerto y Corralejo. A la reunión acudió don Manuel, el cura de Peña de la Amistad que propuso federar a su equipo porque tenían local social, jugadores y entrenador pero el presidente recién nombrado lo rechazó porque era precipitado, a mí me habían puesto de vocal. Así que al final de la sesión pedí la palabra y dije que me retiraba porque las decisiones no se consensuaban y eran arbitrarias en la junta directiva, y se armó una revolución y me nombraron presidente. Así organicé la federación, incluso me hice árbitro y se creó una organización sólida que se conserva. Mi padre era militar franquista y desde pequeño me decía que sindicalistas y políticos eran unos revolucionarios, y todos los partidos me querían llevar de candidato pero yo me negaba. Al final me convencieron en Asamblea Majorera.

- Hay miles de anécdotas de su etapa como presidente porque su paso fue una revolución en el Cabildo. ¿Aquella política era distinta a la actual?

- Muy diferente, éramos idealistas y lo hacíamos con la ilusión de mejorar nuestra Isla de forma gratuita. Me levantaba muy temprano para ir a trabajar a la Caja de Ahorros, de seis de la mañana a diez, y salía a esa hora para entrar en el Cabildo y si me iba de viaje tenía que recuperar las horas porque me mantuvieron el sueldo en el banco. Viví muchas anécdotas porque recibía a todos los vecinos si estaba libre y fue la etapa de cambio y modernización administrativa del Cabildo, organicé la facturación y formas de pagar con el interventor. Mi primer pleno fue cuando tomé posesión y en la oposición estaban todos los del colmillo retorcido que venían de la etapa franquista y conocían los entresijos del Cabildo mientras que yo era nuevo. Los plenos se celebraban por la noche porque todos los consejeros trabajábamos y los vecinos asistían y fue un gran cambio. No había casi coches y recuerdo ir en uno oficial y recoger a una vecina, cargada con su compra y llevarla a su casa, los vecinos no querían, pero yo insistía que todo era del pueblo. Rechazaba invitaciones a las fiestas y acudir a primera fila con autoridades militares y curas como presidente, tuve enfrentamientos con la Legión porque algunos se escapaban con armas y daban tiros, recuerdo una vez que pararon los coches y estaban sembrando el pánico y me enfrenté a ellos y les dije que estaban cometiendo un delito y que no podían actuar a su antojo, pasé miedo porque llevaban unas armas. Fue una etapa muy intensa, de ajetreo y tensión para defender la democracia, mucha gente no entendía mis ideas pero yo las defendí con una actitud respetuosa y dialogante. Una de las más famosas fue aquella del golpe que recibí del capitán Jaime Milans del Boch. Recuerdo que acudí al acto en Betancuria. Iba yo con camisa blanca y unos zapatos relucientes, y al pasar me insultó porque no llevaba traje de chaqueta, y al pasar la bandera me dio un golpe para que me pusiera firme, y le respondí que yo no era militar, que era un vecino y político. Se armó una buena. (Su padre fue condenado por rebelión militar por participar en el Golpe de Estado del 23F y expulsado de la carrera militar).

“Me dio un golpe el capitán Milans del Bosch para que rindiera honores a la bandera española en Betancuria y le respondí que yo no era militar”

- ¿Fue cierto que llegó incluso a ser presidente en el segundo mandato sin ningún consejero de su partido?

- Sí, ocurrió algo curioso cuando ganamos en la segunda legislatura. El acta de la mesa de La Lajita se perdió y tuvimos un consejero menos, antes del pleno hablamos con el PSOE para que nos apoyaran y en el momento del pleno empiezan a nombrar a los consejeros y votaron que no a los de mi partido y el suyo, y se fueron poniendo de acuerdo entre ellos y salían elegidos los de otros partidos. Así que me nombran presidente a mí, y era el único de mi partido. Cosas que ahora serían impensables, pero viví muchísimas situaciones curiosas y se generaba mucha discusión.

- También como presidente insular y después autonómico de Cruz Roja ha vivido momentos de mucha tensión con la llegada de pateras, y en la actualidad más dulces con proyectos en África.

- Sí, me tocó también una etapa de mucho sufrimiento y alegrías pero con mucha pena al ver a tantas familias sufriendo. Ayudamos y dimos cobijo en la Casa de Cruz Roja a miles de personas en aquellos años de 2000 a 2007 con la llegada masiva de embarcaciones en condiciones muy precarias. Mujeres embarazadas, madres con bebés buscando a sus maridos que ya habían salido antes o esperando reencontrase con ellos. Trabajamos mucho y conseguimos más medios para afrontar este fenómeno, que nos cogió en Fuerteventura sin infraestructuras y se salió adelante gracias a la labor de voluntarios y de los socios. Un problema que nos colapsó en Fuerteventura, pero que era de ámbito nacional e internacional. Un problema que se ha repetido en la actualidad en el Mediterráneo, con las tragedias que se han vivido en Lampedusa, donde diferentes ongs rescatan a personas que huyen de sus países de origen. Ahora Cruz Roja mantiene un interesante programa de Cooperación con África con base en Las Palmas que consiste en programas de ayuda humanitaria y de cooperación para explicar a muchos pueblos la importancia de aprovechar sus recursos, proteger su naturaleza y que puedan crecer como comunidad. No se trata exclusivamente de enviar ayuda sino de un intercambio de conocimientos y herramientas para que puedan desarrollarse en el futuro.

- ¿En la última década los servicios de Cruz Roja en Fuerteventura han descendido?

- Algunos sí y otros no. Hay que recordar que Cruz Roja forma parte de la sociedad por su trayectoria y ayuda, y tenemos un grueso de socios que mantienen a nuestra organización aunque tengamos subvenciones. Siempre destacamos la labor del voluntariado que ha sido y sigue siendo primordial pero los socios aumentan y están convencidos de nuestro trabajo y aportan su dinero para este proyecto que asiste a todas las personas que tocan en nuestra puerta para pedir ayuda. Tal vez algunos servicios han dejado de funcionar como el salvamento en las playas porque los ayuntamientos contratan a las empresas más económicas, pero nosotros contamos con personal formado, material, una flota de vehículos y desplegamos toda nuestra infraestructura. En teleasistencia ocurre lo mismo, no sólo consiste en que un mayor tenga un botón, los usuarios que se unen a nuestro programa viven más tranquilos porque se les hace un seguimiento, reciben visitas y tienen una ayuda. Hemos apreciado la importancia de realizar más programas con mayores porque muchos necesitan transporte para desplazarse, otros viven solos, otros necesitan compañía para acudir al médico y creo que los mayores deberíamos trabajar más y mejor en Fuerteventura.

- Parece que nadie quiere hacer nada gratis. ¿Vivimos un momento de crisis del voluntariado?

- Yo creo que no, porque vienen jóvenes y con ganas de hacer cosas. El voluntariado fomenta una sociedad más solidaria y es muy importante para crear lazos entre los pueblos, y acabar con racismos o xenofobias. En Fuerteventura hay mucha gente que quiere ayudar y aportar su granito de arena. Vivimos en una sociedad donde nos imponen el consumismo y el dinero, pero es lógico que los jóvenes quieran trabajar y deben tener oportunidades, no sólo para estudiar y formarse sino también para trabajar.

Comentarios

Con políticos como este en todas las instituciones Canarias sería hoy muy diferente y los políticos no serian una especie ajena al pueblo y despreciada como lo son hoy. Gracias por su trabajo ciudadano Gerardo Mesa Noda.
Ay, Lalo ,Lalo. Contando las historias a media y como te gustan.
Lalo, ¡que alegría saber de ti!!!! Me encanta la entrevista en la que te muestras como siempre: una gran persona. Gracias, gracias.
Las leyes protegen a los ciudadanos que tengan derecho a la asistencia sanitaria canaria a recibirla, pero no proteje a los usufructuarios de la misma, de las condiciones en que reciben ésta. En una ocasión tuve que trasladarme a Las Palmas de G.C. Para que recibiera asistencia sanitaria en el Hospital Dr. Negrín, mi mujer, aquejada de una dolencia, cuyo tratamiento no podía ser tratado aquí en Lanzarote. La Cruz Roja, dispone de pisos cercanos a dicho hospital para acoger a personas desplazadas, como nosotros; desde aquí quiero agradecer muy sinceramente a la Cruz Roja Española, en la persona de Don Carlos, sus desvelos por la lograda comodidad de éstos inquilinos provisionales de sus pisos, la atención y amabilidad del personal para con nosotros, que mitigaron la injusticia de ciertas "condiciones de la asistencia sanitaria", sé, que por ser conscientes de ellas, y también del drama mas o menos intenso en que estamos sumergidos, todos aquellos que las sufrimos.
Perdón, quise decir Don Gerardo, donde digo Don Carlos
Que años aquellos de prosperidad para Fuerteventura y Canarias, que vuelco se dio a las instituciones, gobernando los nacionalistas de AM, que pena que hayan terminado como el rosario de la aurora. Recuerdo cuando el Sr. Santana, que también decía que AM no saldría de la punta del muelle, y se ha recorrido el mundo entero, el que también pensaba que España era cosa de dos, la derecha y la izquierda y ahora aparece la derecha de la derecha representada por Ciudadanos y la izquierda de la izquierda representada por Podemos

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